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Post operatorios en cirugías faciales: Rinoplastia
Por Patricia Gonzalez
Manejo de infecciones, sangrado y hematomas
La rinoplastia, aunque es considerada una cirugía de bajo riesgo en manos experimentadas, requiere un cuidado postoperatorio riguroso para evitar complicaciones. Tres de las más relevantes, tanto por su frecuencia como por su impacto en el resultado estético y funcional, son las infecciones, los sangrados y los hematomas. Esta clase tiene como objetivo brindar al estudiante de estética integral un conocimiento completo sobre cómo reconocer y apoyar en el manejo adecuado de estas situaciones, siempre dentro de los límites legales y éticos del ejercicio profesional no médico.
Infecciones postoperatorias
Las infecciones en rinoplastia son poco frecuentes gracias a la buena vascularización de la nariz, pero pueden presentarse especialmente cuando no se siguen adecuadamente las normas de asepsia o si el paciente no cumple las indicaciones médicas posteriores a la cirugía.
Causas frecuentes:
- Contaminación durante la cirugía.
- Manipulación inadecuada de las heridas postoperatorias.
- Higiene deficiente en el hogar del paciente.
- Uso de férulas o tapones mal higienizados.
Signos de alarma:
- Enrojecimiento progresivo en la zona quirúrgica.
- Dolor que aumenta en lugar de disminuir.
- Fiebre superior a treinta y ocho grados centígrados.
- Secreción purulenta o con mal olor.
- Calor local excesivo.
Agentes patógenos comunes:
- Staphylococcus aureus, incluyendo cepas resistentes como SARM.
- Streptococcus pyogenes.
- Bacilos gramnegativos en casos severos o inmunodeprimidos.
Rol del profesional en estética:
El esteticista no realiza diagnóstico ni prescripción médica, pero sí debe saber reconocer los signos de infección y actuar de forma inmediata mediante:
- Comunicación efectiva con el paciente y con el equipo médico.
- Suspensión inmediata de cualquier tratamiento facial si hay sospecha de infección.
- Orientación sobre higiene, uso correcto de sueros fisiológicos y evitar productos cosméticos durante el periodo crítico.
- Registro de síntomas para facilitar la evaluación médica.
Prevención desde el entorno estético:
- Garantizar espacios limpios y desinfectados.
- Evitar el contacto de los vendajes con manos sin guantes.
- No retirar costras ni realizar exfoliaciones hasta que el médico lo autorice.
Sangrado (epistaxis postoperatoria)
El sangrado nasal posterior a la rinoplastia es común en las primeras veinticuatro a cuarenta y ocho horas, pero su persistencia o recurrencia puede indicar complicaciones.
Tipos de sangrado:
- Leve (exudado sanguinolento): Normal dentro de las primeras horas.
- Moderado: Necesita control mediante compresión o taponamiento.
- Severo (hemorragia activa): Requiere atención médica inmediata.
Causas comunes:
- Lesión del plexo de Kiesselbach (área rica en vasos en la parte anterior del tabique nasal).
- Aumento de la presión arterial.
- Esfuerzos físicos, estornudos o sonarse la nariz con fuerza.
- Uso de anticoagulantes sin control médico.
Factores de riesgo:
- Hipertensión arterial no controlada.
- Coagulopatías.
- Cirugías previas o mal uso de medicamentos como aspirina, ibuprofeno o vitamina E.
Actuación del profesional estético:
- Identificar si el sangrado es leve o profuso. El primero se puede manejar con cabeza elevada, compresión leve externa y reposo.
- Evitar masajes o limpiezas que puedan desestabilizar la coagulación local.
- Educar al paciente sobre la importancia de no inclinar la cabeza hacia abajo, evitar el calor excesivo y no manipular la zona nasal.
Hematomas
Un hematoma es una acumulación de sangre debajo de la piel o el tejido subcutáneo, causada por la ruptura de pequeños vasos sanguíneos. En rinoplastia, los hematomas pueden surgir en la zona nasal, en los párpados o en la región de los cornetes.
Causas:
- Presión durante la cirugía.
- Fragilidad capilar.
- Técnica quirúrgica traumática.
- Inadecuado manejo postoperatorio (golpes, presión excesiva, no uso de frío local).
Signos clínicos:
- Hinchazón con coloración violácea o azulada.
- Dolor al tacto.
- Cambios en la forma o simetría nasal si el hematoma es profundo.
- Pérdida de movilidad o incomodidad en los tejidos circundantes.
Complicaciones asociadas:
- Compresión vascular y necrosis si el hematoma no se drena.
- Deformaciones estéticas.
- Riesgo de infección secundaria si el hematoma se encapsula.
Actuación estética recomendada:
- Uso de frío local intermitente las primeras cuarenta y ocho horas, con toallas limpias o compresas estériles.
- Evitar calor, masajes, o cosméticos que puedan estimular la circulación durante la fase inicial.
- Monitorear la evolución del color (de púrpura a verde y luego amarillento) como indicador del proceso de reabsorción.
- Derivar al médico si el hematoma crece, genera presión o produce dolor desproporcionado.
Recomendaciones generales para profesionales de la estética
- No intervenir en la zona quirúrgica sin autorización médica durante al menos tres semanas.
- Educar al paciente sobre los signos de alarma, reforzando la importancia de la observación diaria y los controles médicos.
- Actuar con responsabilidad profesional, limitando su rol al acompañamiento estético no invasivo.
- Documentar todo cambio observado y notificar al equipo médico en caso de alteración sospechosa.
- Evitar el uso de aparatología, drenajes linfáticos o cremas no aprobadas durante la fase postoperatoria inmediata.
Fuentes Bibliográficas.

Aportes y preguntas
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