Masaje Anti-Estrés Teoría

El masaje antiestrés está planeado para recuperar las condiciones energéticas idóneas del organismo. El agobio laboral cotidiano, los niveles de ruido, contaminación y las propias dinámicas familiares o afectivas, contribuyen a desequilibrios orgánicos que repercuten en la tranquilidad mental.

A todo esto debemos sumarle patologías particulares como los casos de personas que sufren dolores de cabeza, migrañas, jaquecas, tensión en los hombros o en el cuello, entre muchas otras...

Todos estos malestares pueden tratarse en terapias de antiestrés, que no solo tienen propósitos restauradores, sino que también poseen fines estéticos. Entre los beneficios estéticos encontramos:
 

• Hidratación de la piel

• Disminución de las arrugas

• Desinflamación del rostro

• Limpieza y suavidad de la piel

• Recuperación del aspecto fatigado

• Contribuye a disminuir la retención de líquidos de las ojeras.
   

Con respecto a los efectos sensoriales, que trascienden la apariencia física, podemos destacar:
 

• Incremento de la circulación sanguínea

• Depuración de toxinas

• Sensación de paz interior

• Aumento de ánimo

• Promoción de un sano estado de relajación

• Estimulación por adquirir hábitos saludables
   

El masaje antiestrés se apoya en otras técnicas que favorecen un estado de ánimo agradable, como:
 

• Implementación de mascarillas faciales (chocolate, uva, té verde, entre otras)

• Adecuación de un ambiente que propicie la relajación

• Temperatura agradable

• Decorados armónicos (cromoterapia)

• Uso de aceites esenciales y aromaterapia (floral, canela, madera, etc.).

Y, por supuesto, las maniobras específicas para este tipo de masajes, que se debe tomar en cuenta que es un tipo de masaje para los sentidos. Las maniobras deben ser largas, de intensidad media baja, con ritmo lento en sesiones de una (1) hora o más.