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Post operatorios en cirugías faciales: Bichectomía
Por Patricia Gonzalez
Anatomía de las bolsas de Bichat
Comprender la anatomía de las bolsas de Bichat es esencial para todo profesional que aspire a intervenir, asistir o acompañar procesos estéticos relacionados con el perfilado facial. Estas estructuras, aunque discretas y muchas veces subestimadas, cumplen un papel crucial tanto en la infancia como en la configuración estética del rostro adulto.
En esta clase, te adentrarás en la estructura anatómica, localización, función y relaciones clínicas de las bolsas de Bichat, también llamadas cuerpos adiposos bucales, y conocerás por qué su extracción ha revolucionado la cirugía estética facial contemporánea.
¿Qué son las bolsas de Bichat?
Las bolsas de Bichat son acúmulos encapsulados de tejido adiposo profundo, localizados en la región masticatoria del rostro, entre los músculos masetero y buccinador. A diferencia de la grasa subcutánea que cambia con la pérdida o ganancia de peso, estas bolsas se mantienen relativamente estables a lo largo de la vida adulta.
Fueron descritas por primera vez por el médico y anatomista francés Marie François Xavier Bichat en el siglo XVIII, quien identificó una estructura grasa con funciones relacionadas con la masticación y la succión en infantes, aunque su función exacta fue clarificada siglos después.
Ubicación anatómica
Anatómicamente, las bolsas de Bichat están ubicadas profundamente en la mejilla, dentro de un espacio entre los siguientes elementos:
- Anteriormente: El músculo buccinador.
- Posteriormente: La rama mandibular y el músculo masetero.
- Superiormente: El arco cigomático y el músculo temporal.
- Inferiormente: El borde inferior de la mandíbula.
- Medialmente: El músculo pterigoideo medial.
- Lateralmente: La fascia bucofaríngea y piel.
Este cuerpo adiposo se encuentra separado del tejido subcutáneo por una capa de tejido conectivo y está rodeado por una cápsula fibrosa, lo que lo convierte en una unidad anatómica bien delimitada, fácil de disecar y extraer quirúrgicamente.
Dato anatómico relevante: según investigaciones de Stuzin et al. (2008), la bolsa de Bichat está compuesta por un cuerpo central y múltiples extensiones o prolongaciones que se proyectan hacia distintas regiones faciales. Esta información ha sido fundamental para mejorar la precisión quirúrgica de la bichectomía.
Composición y características histológicas
Desde el punto de vista histológico, las bolsas de Bichat están formadas por tejido adiposo lobulado, encapsulado en una membrana de tejido conectivo. A diferencia de la grasa subcutánea, este tejido no presenta cambios significativos ante estímulos hormonales o variaciones de peso.
El cuerpo adiposo bucal se considera una grasa estructural especializada, que actúa como separador de planos musculares, permite el movimiento deslizante entre estructuras profundas y mantiene la integridad volumétrica de la región media del rostro.
Características clave:
- Escasa vascularización directa (se nutre de vasos colaterales).
- Alta cohesión tisular.
- Independencia de la grasa superficial.
- Preservación del volumen a largo plazo.
- Funciones fisiológicas
1. En la infancia:
En neonatos y lactantes, las bolsas de Bichat cumplen una función clave en la succión y alimentación. Actúan como almohadillas estabilizadoras, permitiendo que el lactante genere presión intraoral sin colapsar las mejillas durante la lactancia.
2. En adultos:
Aunque su papel funcional disminuye en la edad adulta, siguen siendo importantes para:
- Facilitar el deslizamiento de los músculos masticadores.
- Contribuir al volumen facial medio.
- Aportar soporte a los tejidos blandos.
- Amortiguar la compresión entre músculos durante la masticación.
Fragmento científico: Un estudio de Fan et al. (2014), publicado en Archives of Facial Plastic Surgery, destaca que la bolsa de Bichat tiene una función biomecánica como “espaciador dinámico” que ayuda a mantener la forma y función de los músculos adyacentes.
Prolongaciones de la bolsa de Bichat
El cuerpo adiposo bucal no es una masa uniforme. Está formado por un núcleo central y cinco prolongaciones anatómicas, que se extienden en distintas direcciones:
- Prolongación bucal (principal): se proyecta hacia adelante entre el masetero y el buccinador.
- Prolongación temporal superficial: hacia la región temporal, entre los músculos temporal y masetero.
- Prolongación pterigoidea: hacia el músculo pterigoideo medial.
- Prolongación pterigomaxilar: se extiende entre los músculos pterigoideos.
- Prolongación profunda temporal: hacia la fosa temporal, entre el hueso temporal y el músculo temporal.
Estas prolongaciones cumplen funciones biomecánicas específicas y deben ser respetadas durante la resección quirúrgica, ya que la extracción excesiva o mal direccionada puede afectar el equilibrio estético o funcional del rostro.
Relación con estructuras anatómicas críticas
Durante una bichectomía, es imprescindible evitar daños a estructuras vecinas como:
- El conducto de Stenon (Stensen): conducto excretor de la glándula parótida, que se encuentra cerca de la parte superior de la bolsa.
- La arteria facial transversa y ramas del plexo facial.
- El nervio bucal (rama sensitiva del nervio trigémino): cercano a la zona de incisión intraoral.
- El nervio facial (rama motora): aunque más profundo, su integridad debe preservarse.
Una comprensión precisa de estas relaciones es clave para evitar complicaciones como parálisis facial, fístulas salivales o pérdida de sensibilidad local.
Implicaciones estéticas de su extracción
Desde la perspectiva estética, la bolsa de Bichat representa un “volumen moldeable” que puede ser removido estratégicamente para:
- Disminuir la redondez de la mejilla.
- Crear un contorno facial más anguloso.
- Resaltar los pómulos (arco cigomático).
- Dar una apariencia más adulta o definida al rostro.
No obstante, su remoción debe ser precisa, moderada y personalizada. La resección total puede provocar efectos negativos, como:
- Hundimiento facial prematuro.
- Acentuación de surcos nasogenianos.
- Envejecimiento acelerado.
Consideraciones anatómicas para el profesional en estética
Aunque el procedimiento quirúrgico no corresponde al profesional en estética, el conocimiento anatómico profundo de la bolsa de Bichat es imprescindible para:
- Reconocer cambios postoperatorios normales vs. signos de alarma.
- Aplicar protocolos estéticos complementarios sin comprometer la zona intervenida.
- Explicar de forma didáctica a los pacientes en qué consiste el procedimiento.
- Evitar técnicas invasivas en zonas de riesgo (como radiofrecuencia o aparatología profunda sin autorización médica).
Reflexión final
La anatomía de las bolsas de Bichat va mucho más allá de su rol como estructura objetivo en cirugía estética. Representan un componente funcional, estructural y visual esencial del rostro humano. Entender su ubicación, función, relaciones y comportamiento es clave para ejercer una estética facial consciente, ética y segura.
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Fuente bibliográfica
https://academic.oup.com/asj
https://jamanetwork.com/journals/jama/fullarticle/1892340

Aportes y preguntas
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