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Post operatorios en cirugías faciales: Bichectomía
Por Patricia Gonzalez
Historia y evolución de la bichectomía
Cuando observamos un rostro simétrico, armónico y definido, solemos pensar en intervenciones modernas que ayudan a esculpir esas facciones. Una de ellas es la bichectomía, una técnica que ha ganado popularidad en la estética facial por su capacidad de afinar las mejillas, resaltar los pómulos y proporcionar un contorno más estilizado. Sin embargo, pocas veces nos detenemos a pensar en cómo y por qué nació esta técnica.
Esta clase propone un recorrido por el origen, desarrollo y evolución estética de la bichectomía. Comprender su historia permite valorar el trasfondo anatómico, funcional y cultural que ha llevado a convertir una cirugía funcional en un recurso de transformación estética altamente demandado.
Las bolsas de Bichat: una estructura con historia
El protagonista anatómico de esta cirugía es el cuerpo adiposo bucal, también conocido como bolsa de Bichat, en honor al anatomista francés Marie François Xavier Bichat, quien en el siglo XVIII describió por primera vez esta estructura adiposa profunda.
Bichat fue pionero en el estudio de los tejidos, clasificándolos según su función y estructura. En sus investigaciones, identificó que existía una masa de tejido graso que no correspondía a la grasa subcutánea convencional, situada en una posición específica entre los músculos masetero y buccinador. Aunque no pudo explicar su función con precisión, dejó constancia de su existencia anatómica, que posteriormente sería objeto de mayor estudio.
Este tejido, encapsulado y no infiltrado, mantiene su forma aun con cambios en el peso corporal, lo que lo convierte en un objetivo quirúrgico ideal para fines estéticos.
Función inicial y utilidad médica
Durante años, la bolsa de Bichat fue considerada como un componente exclusivamente funcional, con fines mecánicos en la infancia. Cumple un papel clave en los movimientos de succión, por lo que está más desarrollada en neonatos, facilitando la lactancia. En adultos, aunque su función disminuye, sigue participando en la masticación y en la movilidad de la mejilla durante la fonación y gesticulación.
En el ámbito médico, la extracción de las bolsas de Bichat no nació con fines estéticos, sino como una técnica reconstructiva. A lo largo del siglo XX, cirujanos orales y maxilofaciales las utilizaban para reparar defectos en la cavidad oral, cubrir perforaciones del paladar o cerrar comunicaciones oronasales.
Según un artículo publicado en The Journal of Oral and Maxillofacial Surgery (Alsanea, 2001), el colgajo de grasa bucal empezó a emplearse en cirugías reconstructivas por su buena vascularización y capacidad de adaptarse al área lesionada sin necrosarse fácilmente.
La bichectomía como cirugía estética: el punto de inflexión
Fue recién a finales de la década de mil novecientos noventa cuando la bichectomía comenzó a ser utilizada con un objetivo estrictamente cosmético. Este cambio vino impulsado por la búsqueda de rostros más definidos, con estructura ósea prominente y una apariencia esbelta. En este contexto, se comprendió que la remoción parcial de las bolsas podía:
- Reducir el volumen en la zona media del rostro.
- Mejorar la definición del ángulo mandibular.
- Resaltar los pómulos y el contorno facial.
Joel Pessa, reconocido cirujano plástico facial, publicó en el año dos mil ocho un artículo en la revista Plastic and Reconstructive Surgery donde explicaba que el cuerpo adiposo bucal estaba compuesto por varias extensiones, lo que modificaba el enfoque quirúrgico tradicional. Su aporte fue crucial para que la comunidad médica reconociera la necesidad de una técnica más precisa, ya que el exceso de resección podía causar hundimiento facial prematuro.
A partir de allí, la bichectomía fue incorporándose a los procedimientos de cirugía plástica menor, especialmente entre pacientes jóvenes con rostros redondeados que deseaban una silueta más angular y sofisticada.
Influencia de los cánones de belleza en su evolución
La evolución de la bichectomía no puede entenderse sin tener en cuenta la transformación de los ideales estéticos a lo largo del tiempo. Mientras que en décadas anteriores se priorizaba un rostro más redondeado y voluminoso (asociado a juventud y suavidad), los últimos años han visto una inclinación hacia rostros afilados, definidos y simétricos.
Celebridades y figuras públicas como Angelina Jolie, Bella Hadid o Timothée Chalamet (aunque no necesariamente se hayan sometido al procedimiento), se convirtieron en referentes de este tipo de rostro triangular, con pómulos prominentes y líneas mandibulares marcadas. La industria del cine, la fotografía de moda y las redes sociales han tenido un papel preponderante en popularizar esta estética.
Esto ha impulsado una demanda creciente del procedimiento en clínicas estéticas de todo el mundo, incluyendo Latinoamérica, donde los perfiles óseos tienden a ser menos angulosos, lo que aumenta la búsqueda de recursos que modelen el rostro sin alterar los rasgos étnicos.
Técnicas quirúrgicas y mejoras contemporáneas
La técnica quirúrgica ha evolucionado significativamente desde sus primeras aplicaciones reconstructivas. Actualmente, se realiza por vía intraoral, lo que significa que no deja cicatrices visibles externas. A través de una pequeña incisión (de aproximadamente uno a dos centímetros), se accede a la bolsa, que se extrae parcial o totalmente, según el caso.
Entre las mejoras modernas destacan:
- Técnicas mínimamente invasivas que reducen el tiempo de recuperación.
- Uso de instrumental microquirúrgico para minimizar el daño tisular.
- Aplicación de láser quirúrgico que reduce el sangrado y mejora la cicatrización.
- Enfoque anatómico personalizado para evitar la resección excesiva, que puede provocar efecto esquelético o envejecimiento prematuro del rostro.
Además, algunos cirujanos están optando por un enfoque híbrido, donde se realiza una resección parcial y se acompaña con rellenos en áreas estratégicas del rostro, buscando un balance entre reducción y volumen.
Controversias y ética en la aplicación estética
A pesar de su éxito, la bichectomía también ha sido objeto de debate en la comunidad científica. Una de las preocupaciones es que, al ser un procedimiento permanente, no se puede revertir fácilmente, y con el paso del tiempo, la pérdida natural de grasa facial puede dejar un aspecto más envejecido o desnutrido.
Además, el auge de las redes sociales y la presión estética ha llevado a que personas jóvenes, incluso menores de edad en algunos casos, busquen este procedimiento sin una evaluación médica profunda.
La American Society of Plastic Surgeons ha advertido que este tipo de intervención debe ser realizado únicamente por cirujanos capacitados, y en pacientes con un diagnóstico facial claro, ya que la resección indiscriminada de tejido graso puede comprometer la dinámica facial a largo plazo.
- En estética integral, es crucial que los profesionales:
- Comprendan los límites de su intervención.
- Promuevan la educación responsable del paciente.
- Acompañen el proceso desde una mirada ética y no invasiva.
La bichectomía en el futuro
Con los avances en cirugía facial y biomateriales, es probable que la bichectomía siga evolucionando hacia enfoques más personalizados, integrando herramientas como:
- Modelado 3D del rostro para planificar la resección.
- Cirugías guiadas por imágenes computarizadas.
- Protocolos combinados de estética médica y estética integral.
Además, en el campo de la estética no quirúrgica, se están explorando alternativas temporales para quienes desean simular este efecto sin someterse a una cirugía irreversible, como el uso estratégico de rellenos o técnicas de radiofrecuencia facial profunda.
Conclusión
La historia de la bichectomía es un claro ejemplo de cómo una estructura anatómica funcional puede ser reinterpretada desde la medicina reconstructiva hasta la estética moderna. Entender su evolución permite no solo aplicar técnicas con mayor seguridad, sino también desarrollar una mirada crítica sobre las tendencias, necesidades y riesgos que acompañan cada procedimiento.
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Fuentes Bibliográfica

Aportes y preguntas
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