La hipodermis, también conocida como tejido subcutáneo o panniculus adiposo, es la capa más profunda de la piel, situada por debajo de la dermis. Su función principal es actuar como un aislante térmico, así como un amortiguador que protege los órganos internos de golpes y lesiones. Además, la hipodermis almacena energía en forma de grasa, lo que la convierte en una reserva importante para el cuerpo.
El origen de la hipodermis se remonta al desarrollo embrionario, donde se forma a partir del mesodermo, específicamente de la capa mesodérmica que da lugar a los tejidos conectivos y adiposos. Esta capa está compuesta principalmente por adipocitos (células de grasa), tejido conectivo laxo y vasos sanguíneos, lo que le permite cumplir sus funciones de manera efectiva.
En cuanto a su distribución en el cuerpo, la hipodermis varía en grosor dependiendo de la región. Por ejemplo, es más gruesa en áreas como el abdomen, los muslos y las caderas, donde se acumula más grasa, mientras que en otras zonas, como los párpados o las palmas de las manos, es mucho más delgada. Esta variabilidad en la distribución de la hipodermis está influenciada por factores genéticos, hormonales y de estilo de vida, como la dieta y el ejercicio.

Funciones importantes de la hipodermis:
1. Aislamiento térmico: La hipodermis ayuda a regular la temperatura corporal al actuar como un aislante, evitando la pérdida de calor en climas fríos.
2. Amortiguación y protección: Esta capa proporciona una protección adicional a los órganos internos y estructuras subyacentes, actuando como un cojín que absorbe impactos.
3. Almacenamiento de energía: La hipodermis almacena grasa en forma de adipocitos, que sirve como reserva de energía para el cuerpo.
4. Conexión con estructuras subyacentes: La hipodermis conecta la piel con los músculos y huesos, permitiendo que la piel se mueva de manera flexible sobre estas estructuras.
5. Suministro de nutrientes y circulación: Contiene vasos sanguíneos que ayudan a nutrir la piel y a regular el flujo sanguíneo, contribuyendo a la salud general de la piel.
Adipocitos: Las Células Clave en el Almacenamiento de Energía y Regulación Metabólica
Los adipocitos, también conocidos como células adiposas, son un tipo de célula especializada que se encuentra en el tejido adiposo del cuerpo humano. Su función principal es almacenar energía en forma de grasa, lo que es esencial para el metabolismo y la regulación del peso corporal. Estas células son fundamentales para el equilibrio energético, ya que liberan ácidos grasos en el torrente sanguíneo cuando el cuerpo necesita energía.
Además de su papel en el almacenamiento de energía, los adipocitos también tienen funciones importantes en la regulación hormonal. Producen diversas hormonas involucradaS en la regulación del apetito y el metabolismo. Algunas de las hormonas que se secretan por el tejido adiposo incluyen:
1. Leptina: Hormona peptídica de 167 aminoácidos, producida principalmente en el tejido adiposo. Regula el apetito y el gasto energético, actuando como una señal "adipostática" que frena el apetito y afecta el metabolismo de los lípidos. Su secreción sigue un ritmo circadiano y está relacionada con la cantidad de tejido adiposo.
2. Adiponectina: Hormona de 244 aminoácidos secretada por los adipocitos, con propiedades antiinflamatorias. Mejora la sensibilidad a la insulina y estimula la beta-oxidación de ácidos grasos. Sus niveles son inversamente proporcionales a la obesidad y la resistencia a la insulina.
3. Resistina: Hormona de 114 aminoácidos que induce resistencia a la insulina. Se produce en el tejido adiposo y su expresión aumenta en estados de obesidad. Su papel en la regulación de la glucosa y la insulina es objeto de estudio, con resultados contradictorios en la literatura.
4. Visfatina: Hormona que se expresa en mayor cantidad en el tejido adiposo visceral. Actúa como un mimético de la insulina, estimulando la utilización de glucosa por los adipocitos. Sus niveles aumentan con la acumulación de grasa visceral.
Existen 2 variedades de adipocitos:
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Los adipocitos blancos que representan de un 15 % a un 20% del peso de una persona y se consideran una de las mayores reservas de energía del organismo.
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Los adipocitos marrones presentes en gran cantidad en los animales que hibernan y en los recién nacidos. En el parto, permiten a los bebés adaptarse a los cambios bruscos de temperatura.
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