Si bien la luz solar ofrece muchos beneficios, todo en exceso es dañino, por ello, el uso de protección solar es indispensable para cuidar la salud de la piel. Para sabel cuál es el protector solar qué va más acorde a ciertas necesidades, lo ideal es elegir uno cuya cantidad de FPS vaya acorde al fototipo cutáneo de la persona que lo vaya a utilizar.
Es importante tomar en cuenta la escala de Fitzpatrick, para saber la cantidad de FPS que pueda funcionar según el paciente, pues permite apreciar claramente los diferentes fototipos cutáneos, haciendo más sencillo la elección del protector solar.
¿Qué es la escala de Fitzpatrick?
En el siglo XX un médico dermatólogo norteamericano y profesor de Harvard llamado Thomas Fitzpatrick, se encargó de clasificar la piel humana según su comportamiento al bronceado. De tal manera, determinó 6 fototipos cutáneos que en la actualidad se continúan utilizando; al resultado de este estudio se le llamó Escala de Fitzpatrick.
Escala de Fitzpatrick según los efectos del sol sobre la piel.
La melanina es la responsable de dar pigmento y actúa de manera diferente según cada persona, la diferencia en el color de piel se puede apreciar claramente en la escala de Fitzpatrick. Esta sustancia no solo afecta el color de la piel sino también el de los ojos y el cabello, la principal función de la melanina es proteger a la piel de los rayos solares, especialmente de los UVA.
Por lo tanto, mientras mayor sea la cantidad de melanina, mayor será la protección natural que el cuerpo posee y por ende, más oscura la piel, así que en este caso la protección solar que requiere el paciente sería mínima; caso contrario con los pacientes que tienen una menor cantidad de melanina, ya que cuentan con bajos niveles de protección natural y, por ende, necesitarán mayor protección solar.
Características más importantes de los 6 fototipos cutáneos:
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Tipo I: este tipo de piel es de raza albina, caucásica, cabello rojo o rubio, ojos azules, con pecas, piel rosada o muy pálida. Común en escandinavos y célticos, suelen quemarse con mucha facilidad durante la exposición al sol, nunca se broncean. Es el tipo de piel que más cuidado requiere, se debe usar un bloqueador solar con máxima protección, mayor de 75 fps.
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Tipo II: es de razas caucásicas, pieles blancas, cabello rubio, ojos azules, verdes o avellana, también suelen quemarse con facilidad. Sin embargo, pueden llegar a broncearse lentamente, llegando a adoptar un tono moreno, casi imperceptible en la mayoría de los casos, esta piel requiere protección solar mayor de 50 fps.
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Tipo III: corresponde a razas de Europa central, con tonos aceitunados en algunos mediterráneos y tono amarillo en asiáticos, cabello rubio o castaño claro, color de ojos verdes o marrones, durante la temporada de invierno tienen un tono claro y durante la exposición solar en verano pueden broncearse. Requiere protección solar media 35 - 50 fps.
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Tipo IV: es de razas mediterráneas, americanas, piel morena clara, cabello castaño, ojos marrones, no presenta pecas. Es común en mediterráneos con matiz café claro, asiáticos con matices amarillo claro o café claro, latinos con matiz olivo y personas provenientes del Medio Oriente con matices olivo o café claro. No suelen tener problemas para broncearse y su piel adopta una tonalidad dorada con facilidad, requieren protección solar media 15-35 fps.
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Tipo V: es de razas del Medio Oriente, Asiáticos y Latinos. Piel morena oscura, ojos y cabello color marrón oscuro o negro. Común en personas provenientes del Medio Oriente con matiz café oscuro, asiáticos con matiz café y latinos con matiz caramelo oscuro. Se broncean con muchísima facilidad y no es necesario que se expongan mucho al sol para estar morenos. Es muy raro que se quemen, requieren una protección solar mínima de 15 fps.
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Tipo VI: este tipo de piel es de razas Africanas y Afroamericanos. Piel negra, ojos y cabello color marrón muy oscuro o negro. Es casi imposible que se quemen, se broncean fácilmente, pues tienen una piel muy pigmentada. No es necesaria la protección solar.
Es importante ser conscientes de que el sol es necesario para metabolizar la Vitamina D, por lo que, se debe tomar el sol a diario si es posible, pero no excederse pues el problema comienza cuando la toma de sol es alta.
Radiación Solar y Protección
El sol irradia luz ultravioleta (UV), que se divide en dos tipos de rayos:
- Rayos ultravioleta A (UVA): Pueden causar envejecimiento prematuro de la piel y son un factor de riesgo para ciertos tipos de cáncer de piel.
- Rayos ultravioleta B (UVB): Principalmente responsables de las quemaduras solares y también contribuyen al riesgo de cáncer de piel.
Ambos tipos de rayos pueden dañar la piel y provocar condiciones graves, como el cáncer de piel.
¿Qué significa SPF?
SPF es la sigla en inglés que significa “Factor de Protección Solar”. Esta medida indica cuánto tiempo un protector solar puede proteger la piel de los rayos UVB y, en menor medida, de algunos rayos UVA.
Cálculo del SPF: El número de SPF indica el tiempo adicional que puede pasar al sol sin quemarse. Por ejemplo, la piel comienza a reaccionar 10 minutos después de estar al sol sin protector solar, el uso de un protector solar con SPF 30 extendería ese tiempo a 300 minutos (10 minutos multiplicados por 30 SPF).
Es importante tener en cuenta que, independientemente del SPF, se debe volver a aplicar el protector solar cada 2 horas, incluso si el SPF es alto.
Tipos de Protectores Solares
Existen dos tipos principales de protectores solares:
Protectores Solares Físicos (Minerales):
Descripción: Actúan como un escudo en la superficie de la piel, deflectando los rayos del sol.
Ingredientes Activos: Generalmente contienen óxido de zinc y/o dióxido de titanio. Ambos son considerados seguros por la FDA.
Protectores Solares Químicos:
Descripción: Funcionan como una esponja, absorbiendo los rayos UV del sol.
Ingredientes Activos: Pueden contener uno o más de los siguientes ingredientes:
- Oxibenzona
- Avobenzona
- Octisalato
- Octocrylene
- Homosalato
- Octinoxato
Conclusión
Es crucial elegir el tipo adecuado de protector solar según las necesidades de su piel y el tipo de exposición solar. Usar un protector solar de amplio espectro con un SPF adecuado, junto con la reaplicación regular, es esencial para proteger la piel de los daños causados por la radiación UV.
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