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Post operatorios en cirugías faciales: Bichectomía
Por Patricia Gonzalez
Planificación quirúrgica y selección de candidatos en Bichectomia
La cirugía estética del rostro no comienza en el quirófano. Empieza mucho antes, con la evaluación diagnóstica, el análisis facial, la escucha activa al paciente y una planificación rigurosa basada en criterios anatómicos, funcionales y emocionales. La bichectomía no es la excepción. Para que el procedimiento tenga éxito, es imprescindible saber a quién sí y a quién no se le debe hacer, y cómo se diseña la intervención de forma individualizada.
En esta clase aprenderás cuáles son los criterios clínicos, morfológicos y estéticos que se toman en cuenta al seleccionar a un candidato para una bichectomía, cómo se realiza la planificación quirúrgica paso a paso y cuál es el rol que cumple el profesional en estética integral antes y después del procedimiento.
¿Por qué es tan importante seleccionar correctamente al candidato?
La bichectomía no es una cirugía de volumen masivo. Se trata de una modificación sutil, pero estratégica, por lo tanto, solo ofrece beneficios visibles en ciertos tipos de rostro. Si se realiza sin una evaluación adecuada, puede dejar secuelas estéticas irreversibles como:
- Hundimiento facial prematuro.
- Asimetría postoperatoria.
- Pérdida del soporte de los tejidos blandos.
- Acentuación de líneas de expresión.
Según la revista Aesthetic Plastic Surgery (Serrurier et al., 2019), el 28% de los pacientes insatisfechos con el resultado de una bichectomía no fueron evaluados con herramientas de análisis facial completo antes del procedimiento.
Criterios fundamentales en la selección de candidatos
A continuación, se describen los factores que se deben evaluar antes de aprobar a un paciente como apto para bichectomía:
1. Evaluación del tipo facial
El rostro debe analizarse en sus proporciones verticales y horizontales. Se identifican tres tipos de rostro principales:
- Braquifacial (ancho y corto): buen candidato, ya que la reducción de volumen central estiliza la forma.
- Mesofacial (equilibrado): puede beneficiarse si hay mejillas prominentes.
- Dolicofacial (alargado): no recomendado, ya que la extracción puede generar un rostro más anguloso pero envejecido.
2. Análisis del volumen de las bolsas de Bichat
- El volumen debe evaluarse de forma clínica y visual, mediante palpación bidigital intraoral y fotografía en diferentes ángulos.
- Si las bolsas son pequeñas o están muy profundas, el resultado será imperceptible.
- Si son grandes y superficiales, el cambio será más evidente.
Fan et al. (2014) en su estudio anatómico publicado en Archives of Facial Plastic Surgery demostraron que la diferencia en volumen de bolsas entre pacientes puede variar hasta en 6 ml, lo que modifica drásticamente el resultado estético.
3. Estado de la piel y soporte tisular
- En pacientes jóvenes con tonicidad cutánea alta, la resección se adapta bien y la piel se reacomoda sin flacidez.
- En pacientes mayores de 40 años o con laxitud facial, puede producirse una caída indeseada de los tejidos.
4. Índice de grasa subcutánea general
El exceso de grasa en otras zonas faciales (papada, mandíbula, temporal) puede generar expectativas irreales, ya que la bichectomía no resuelve la redondez global del rostro, solo de la parte media.
Indicaciones ideales para el procedimiento
Un candidato ideal para la bichectomía es aquel que:
- Tiene entre 18 y 35 años.
- Presenta mejillas prominentes o redondas que se notan incluso en reposo.
- Posee un rostro tipo braquifacial o mesofacial.
- Tiene buen tono muscular y elasticidad cutánea.
- No presenta alteraciones emocionales vinculadas a la imagen corporal.
Tiene expectativas realistas sobre los resultados del procedimiento.
Contraindicaciones en la selección
Aunque se estudian con mayor profundidad en otra clase, es clave recordar que no se debe seleccionar como candidato a personas que:
- Tienen el rostro delgado o con ángulos marcados naturalmente.
- Presentan trastornos de la imagen corporal como dismorfia.
- Han sido intervenidas previamente con liposucción facial o lifting.
- Presentan enfermedades sistémicas no controladas.
- Están influenciadas por modas sin comprensión real del procedimiento.
Herramientas de análisis facial para la planificación quirúrgica
1. Fotografías clínicas estandarizadas
Se toman con fondo blanco, buena iluminación y sin maquillaje, en 5 ángulos:
- Frontal en reposo.
- Frontal sonriendo.
- Perfil derecho e izquierdo.
- Vista oblicua.
- Permiten analizar proporciones, simetría y prominencia.
2. Marcación con referencia anatómica
El cirujano traza referencias sobre el rostro para identificar:
- Punto de incisión.
- Posición estimada de la bolsa.
- Áreas de riesgo anatómico.
3. Evaluación funcional intraoral
- Mediante palpación intraoral se valora:
- Consistencia de la bolsa.
- Profundidad.
- Relación con estructuras adyacentes.
La técnica de evaluación desarrollada por Stuzin et al. (2008) incluye mediciones faciales con referencia al trago, borde mandibular y canto ocular externo para proyectar el centro de la bolsa y planificar con precisión.
Planificación de la resección
Una vez identificado el volumen, ubicación y proporciones del rostro, se define:
- Cantidad a extraer: completa, parcial o conservadora.
- Técnica quirúrgica: clásica, asistida por láser, endoscópica o microquirúrgica.
- Criterios de simetría: se trabaja buscando equilibrio visual, no solo extracción volumétrica idéntica.
Importancia del consentimiento informado
Una parte clave de la planificación es la educación al paciente. El consentimiento informado debe ser completo, claro y explicar:
- Lo que se va a hacer y por qué.
- Qué se espera del resultado.
- Qué complicaciones pueden ocurrir.
- Qué no va a cambiar con la cirugía (ángulo mandibular, pómulos, papada).
Esto evita frustraciones y fortalece la confianza entre paciente y equipo.
Rol del esteticista en la fase prequirúrgica
Aunque la decisión final es médica, el profesional en estética integral tiene un papel activo en esta etapa:
- Ayuda a identificar expectativas desalineadas.
- Participa en el registro fotográfico y seguimiento inicial.
- Educa sobre resultados realistas.
- Brinda acompañamiento emocional.
- Asesora sobre cuidado preoperatorio (hidratación, limpieza, desinflamación natural).
¿Qué pasa si el paciente no es candidato?
Rechazar o reorientar a un paciente no es un fracaso, es un acto de ética profesional. En estos casos, el esteticista puede:
- Recomendar alternativas no quirúrgicas: radiofrecuencia, perfilado facial, rellenos.
- Enfocar el trabajo en el autoconcepto y autoestima.
- Proponer combinaciones de tratamientos que generen armonía sin cirugía.
Reflexión final
La planificación quirúrgica y la correcta selección de candidatos son el pilar de cualquier intervención estética exitosa. Elegir a la persona correcta, en el momento correcto y con los objetivos adecuados, es más importante que cualquier técnica quirúrgica. Como estudiante de CIFES Online, tu preparación ética, anatómica y estética te permite ser un puente entre el deseo y la realidad, ayudando a tomar decisiones informadas, respetuosas y seguras.
"En estética, no se trata de hacer más, sino de saber cuándo hacer, cómo hacer y, sobre todo, por qué hacer."
Fuente Bibliográfica
Fan, Z., et al. (2014). Anatomical study of the buccal fat pad: clinical relevance for cosmetic surgery. Archives of Facial Plastic Surgery.

Aportes y preguntas
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