Teoría Masaje Circulatorio

Al realizar un masaje circulatorio se movilizan los líquidos corporales, penetrando directamente sobre los vasos sanguíneos y linfáticos e indirectamente sobre las terminaciones neuromotoras.

Importante: La forma de proceder en cada uno de los diferentes sistemas circulatorios (sistema venoso, arterial o linfático) siempre es distinta.
 

Circulación venosa

Los vasos sanguíneos venosos circulan a nivel superficial. El masaje se debe realizar en la misma dirección de la sangre en las venas, es decir, desde las extremidades hacia el corazón.

Imagen: circulación venosa en la pierna.

Este procedimiento incrementa el flujo de la sangre que va de retorno al corazón, mejora el filtrado de la misma y estimula la función de las válvulas de entrada y salida del músculo cardíaco.
 

Circulación arterial

El aumento de calor y rubor obtenido del masaje provoca la dilatación de los vasos arteriales. Esta dilatación favorece el tránsito de oxígeno en sangre, así como de nutrientes, lo que incrementa el metabolismo de toda la zona.

Imagen: circulación arterial en la parte inferior del cuerpo.

El sistema de vasos arteriales se mueve a nivel profundo dentro del organismo, por lo que el masaje no actúa de forma tan directa sobre ellos, como sí lo hace en la circulación venosa. Al tratar las masas musculares profundas mediante la buena distribución del oxígeno y nutrientes, conseguimos también que la sangre arterial circule de forma más fluida.
 

Circulación linfática

El sistema linfático, junto con la circulación venosa, son los encargados de purificar el organismo. Esta circulación es la más superficial de las tres. Con un masaje suave es suficiente para movilizar los líquidos retenidos, para su filtrado.

Imagen: circulación linfática.