Las mascarillas faciales son un recurso importantísimo para hidratar, exfoliar, limpiar y regenerar la piel. Cada mascarilla posee una función específica de acuerdo a su composición.
Sus ingredientes le conceden propiedades cosméticas y la aplicación dependerá del tipo de piel. Muchas se pueden aplicar en diferentes tipos de piel, aunque se debe estar muy atento a las propiedades y biotipo cutáneo del paciente para lograr el tratamiento adecuado.
Las mascarillas más comunes son: Higiénicas, nutritivas, astringentes, antiseborreicas y humectantes.
Si bien existen diversidad de mascarillas, podemos reducir su clasificación en dos criterios:
En primer término se pueden distinguir entre las que forman película y las que no, es decir, las mascarillas humectantes. Y en segundo término, ´las que forman película son a base de silicato (caolines, bentonita, o talco).
Las mascarillas sintéticas se aplican de manera húmeda, pero a los pocos minutos (entre 10 a 20 minutos) se secan, amoblando la cara o la zona donde se apliquen. Esto da lugar a una serie de interacciones entre la mascarilla y la piel, cuyo objetivo puede ser la higiene, aclaramiento o descongestionamiento del cutis. Las sustancias capaces de formar películas fuertes, permiten la preparación de mascarillas que se retiran como una cubierta plástica (a estas se les conoce como mascarillas hidroplásticas).
También encontramos las que forman efecto tensor, permiten la oclusión y mejoran la absorción.
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Mascarillas húmedas que no se secan, ni forman películas: son parecidas a las cremas o geles, con la diferencia que se dejan reposar en la piel.
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Mascarillas detergentes: son las más básicas y están formadas por arcillas, que entran en contacto con las grasas cutáneas. ejemplo el fango.
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Mascarillas astringentes: están corrigen la seborrea y poseen una acción tensora contra las arrugas.
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Mascarillas blanqueadoras o abrillantadoras: son usadas para aclaramiento de la piel que ha sido afectada por pecas, estímulo lumínico o acción del clima.
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Mascarillas nutritivas: son ideales para pieles envejecidas, prevención de arrugas y estados de sequedad.
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Mascarillas calmantes: su función es refrescar y quitar el cansancio del rostro.
Hay que tener muy presente que la frecuencia de uso de las mascarillas depende del biotipo cutáneo, así como la condición y necesidad de la piel.
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