Loading.....
Regístrate GRATIS y obtén:
  • Acceso al primer curso de la carrera de Estética Integral.
  • Sitio web para promocionar tus servicios.
  • Asesoría para impulsar tu negocio online.
  • Herramienta CRM de ventas.

Dermatología I

Por Karen Zarate

Evaluación del Tejido Cutáneo y Subcutáneo

La piel es el órgano más superficial de nuestro cuerpo y representa la barrera que nos separa del mundo exterior. Esta frontera no solo cumple una función protectora, sino que también es una fuente vital de información sobre el estado general de la salud. Podemos decir que la piel es una extensión del sistema nervioso, ya que contiene una gran cantidad de receptores que nos permiten percibir el entorno, y está estrechamente conectada con el sistema nervioso vegetativo y el sistema musculoesquelético.

Los cambios en la piel, tales como alteraciones en la temperatura, la textura, la flexibilidad y la sudoración, pueden reflejar desequilibrios o patologías en estos sistemas. Por eso, una evaluación detallada de la piel no solo nos aporta datos sobre la integridad cutánea, sino también sobre el estado funcional del cuerpo en su conjunto.

La piel está formada por tres capas principales:

  • Epidermis: capa externa, delgada pero resistente, que protege al cuerpo de agentes externos.

  • Dermis: capa media, rica en vasos sanguíneos, fibras de colágeno y nervios, que da soporte y nutrición a la epidermis.

  • Hipodermis (tejido subcutáneo): capa más profunda que conecta la piel con tejidos internos, compuesta mayormente por grasa y tejido conectivo.

Además, existe un tejido celular subcutáneo de transición que varía según la región del cuerpo. Por ejemplo, en las manos, este tejido es más grueso y adherente para facilitar actividades de agarre, mientras que en áreas como los codos es más delgado y móvil para permitir la flexión.

Las funciones principales de la piel son la protección contra agentes físicos, químicos y biológicos; la absorción y excreción de ciertas sustancias; y la extereocepción, que es la capacidad para percibir estímulos externos como el tacto, temperatura y dolor.

Condiciones previas para la exploración

Para realizar una evaluación adecuada de la piel, es fundamental preparar un ambiente óptimo:

  • El lugar debe ser tranquilo y privado para que el paciente se sienta cómodo y seguro.

  • Se debe descubrir no solo la zona lesionada, sino también las áreas adyacentes, ya que las alteraciones pueden extenderse o afectar regiones próximas.

  • La iluminación es clave; preferentemente usar luz natural o contraluz para visualizar mejor las características de la piel.

  • La piel debe estar en reposo mecánico, es decir, relajada y sin tensión para evitar distorsiones en la observación y palpación.

  • Finalmente, la exploración debe extenderse a zonas subyacentes y suprayacentes para una evaluación integral.

Observación visual de la piel

La observación es una herramienta fundamental que nos permite identificar señales visibles que indican la salud o patología cutánea. Se evalúan varios aspectos:

  • Pilosidad: Cambios en la cantidad o distribución del vello pueden reflejar alteraciones vasculares o hormonales.
  • Coloración: La piel puede mostrar diferentes colores que nos indican estados específicos:
  • Pálido: puede sugerir mala circulación o anemia.
  • Rojo: generalmente indica un proceso inflamatorio activo.
  • Violáceo: puede deberse a problemas de retorno venoso o congestión.
  • Negro: signo de necrosis o muerte tisular.
  • Marrón oscuro: asociado a hiperqueratosis o acumulación excesiva de queratina.
  • Volumen: La piel es un tejido distensible y se observa si hay hinchazón o pérdida de volumen.
  • Aspecto: Se analizan aspectos como la descamación, grosor, y patologías visibles (estrías, piel de naranja).
  • Humedad: Presencia de una piel excesivamente seca o húmeda puede indicar alteraciones.
  • Pliegues de flexión: Son relevantes para la movilidad y elasticidad de la piel.
  • Aspectos especiales: Como cicatrices, escaras, lunares y verrugas, que requieren una evaluación cuidadosa.

 Palpación de la piel

La palpación es una técnica subjetiva que requiere práctica y sensibilidad para interpretar la información táctil:

  • Temperatura

 Se percibe la temperatura de la piel a través del contacto, variando según la hidratación, vascularización y características individuales. Las diferencias térmicas pueden indicar inflamación o circulación alterada. La densidad de termorreceptores es mayor en las yemas de los dedos, facilitando la sensibilidad.

  • Edema

​​​​​​​Aunque no es un fenómeno cutáneo, el edema (acumulación anormal de líquido) se detecta mediante la palpación observando la aparición del signo de la fóvea, que es un hundimiento temporal al presionar la piel.

  • Secreciones

​​​​​​​​​​​​​​Se evalúan las secreciones sudorales y sebáceas, que varían según la localización corporal, temperatura y ritmos circadianos (por ejemplo, hay máximos de sudoración a las diez treinta y a las dieciocho horas).

 Movilización de la piel

La capacidad mecánica de la piel se evalúa mediante la movilización, especialmente con la prueba del pliegue cutáneo:El pliegue cutáneo se puede realizar con diferentes técnicas (bidigital, unimanual, bimanual), dependiendo de la zona. Se valoran cuatro parámetros:

  • Extensibilidad: fuerza necesaria para despegar la piel.
  • Movilidad: facilidad para que la piel se desplace sobre tejidos subyacentes.
  • Elasticidad: rapidez con la que la piel retorna a su posición original tras despegarse.
  • Espesor: grosor del pliegue de piel al despegarse.

Exploración instrumental

  • Lámpara de Wood : emite luz ultravioleta que permite observar características específicas de la piel no visibles a simple vista, como hiperpigmentaciones, infecciones fúngicas o alteraciones de la barrera cutánea.
  • Lupa con aumento o dermatoscopio: aumenta la visualización de detalles superficiales y estructuras cutáneas como lunares, manchas, verrugas o lesiones pigmentadas para una evaluación más precisa.

  • Capilógrafo: equipo para visualizar y analizar la microcirculación capilar, evaluando la calidad del flujo sanguíneo y posibles alteraciones vasculares que se reflejan en la piel.

  • Analizador de pH cutáneo: mide el grado de acidez o alcalinidad de la piel, un parámetro clave para la función barrera y la salud cutánea. Alteraciones del pH pueden influir en la predisposición a irritaciones o infecciones.

  • Analizador de humedad cutánea: evalúa el nivel de hidratación superficial de la piel, determinando si está seca, normal o excesivamente húmeda, lo cual es esencial para planificar tratamientos de hidratación o exfoliación.

  • Equipos para medición de sebo: que permiten cuantificar la producción sebácea, útil para diagnosticar pieles grasas o con tendencia acneica.

  • Fotografía digital: mediante cámaras especializadas o sistemas de imagen que registran y permiten documentar visualmente la evolución de la piel o lesiones a lo largo del tiempo.

Referencia Bibliográfica

Arroyo Morales, M. (s.f.). Exploración de la piel. EU Ciencias de la Salud, Universidad de Granada (UGR).

Aportes y preguntas

¿Algo no quedó claro en la clase? ¿Tienes ideas para compartir? Este es el lugar para hacerlo.

Espero estés disfrutando de esta clase

¿Quieres que mi equipo te ayude a crecer en estética integral? Agenda una llamada.

Agendar
Dermatología I

Dermatología I

Dermatología del Sistema Tegumentario (piel)

Epidermis:Estructura y Función del Tejido Epitelial Plano Estratificado

Dermis: Estructura y Función del Tejido Conectivo Laxo

Hipodermis: Anatomía Funcional del Tejido Subcutáneo

Anexos Epidérmicos: Componentes Funcionales del Sistema Tegumentario

Sistemas Nervioso y Vascular en la Piel

Biotipos cutáneos y fototipos cutáneos.

Envejecimiento y Fotoenvejecimiento Cutáneo

Evaluación Dermatología I

Proyecto Final del curso